Patricia Dániel Avendaño es una maestra capacitada para todo. A punta de confianza y buen trabajo se ha ganado su clientela que siempre le muestra su gratitud. Y es que claro, la construcción es su pasión y la felicidad en el trabajo lo refleja.
Presentado por
Luego de años trabajando con sus manos, en el oficio de la artesanía y joyería; Patricia Dániel Avendaño jamás se imaginó que terminaría como una maestra de la construcción. Luego de tiempo atendiendo un local comercial, se dio cuenta que necesitaba algo nuevo.
Pero su acercamiento al rubro no se dio de la noche a la mañana, fue un proceso que se le fue dando de a poco, desde su juventud y de acuerdo a las necesidades cotidianas. "Con tantos cambios de casa fui aprendiendo en forma autodidacta. Lo que los maestros dejaban mal, yo lo mejoraba", señala.
Así fue como se interesó más a las distintas variedades de la construcción. Hasta que decidió dar el salto. Se unió a un grupo de maestras en donde aprendió todo lo que sabe, y hoy es parte de una red de apoyo y feministas, quienes se han convertido en sus clientas.
En la actualidad, Patricia tiene conocimientos de gasfitería, grifería, pintura, electricidad básica e instalaciones varias en el hogar y oficinas.
"Me encanta mi trabajo porque me gusta resolver temas y reparar cosas. Trato de que todo funcione con las mejores soluciones, me es innato. Trabajar en los hogares, en mini mundos es interesante", cuenta.
Esa pasión que siente Patricia por su trabajo se ve reflejado en la recepción que tiene de sus clientes, que son en su mayoría mujeres. "El boca a boca es la mejor de las publicidades,no se detiene. Les doy seguridad a los clientes, porque me recomiendan mucho. El trato es bueno, se sienten cómodos y seguros", explica.
Por ahora, Patricia quiere seguir aprendiendo y ganando conocimientos. Y cómo no, si es su pasión y lo que la hace feliz. "Las capacitaciones si las tomo, son para conocer nuevos materiales y sus aplicaciones. Pretendo seguir en esto", finaliza.