María Díaz, de 28 años, cuenta cómo pudo salir adelante en el rubro a pesar de las adversidades. Hoy en día se dedica 100% a su pyme de remodelaciones y también ayuda a su madre.
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A pesar de estar al borde de la sequía, la Laguna de Aculeo, perteneciente a la comuna de Paine en la Región Metropolitana, se caracteriza por ser un sector que cuenta con una gran diversidad biológica y belleza natural, además de una gran cantidad de personas que vive o que visitan el lugar.
Al ser un área rural, cuando María Díaz (28) era pequeña no imaginaba llegar a trabajar en la construcción, sobre todo después de haber realizado su práctica profesional. Le fue muy bien y le gustó trabajar en una obra, pero al salir, le costó un mundo encontrar trabajo.
Sin embargo, la necesidad y el talento en el rubro eran más fuertes, por lo que buscando y buscando, al fin dio el palo al gato. "Encontrar trabajo fue muy difícil. Pero un día vi a una persona que estaba armando unas cabañas para un propietario de la Laguna. Me acerqué y le pregunté si necesitaba gente para trabajar. Me dijo que si yo quería aprender, él me abría las puertas", relata la maestra.
Como una mujer de esfuerzo, de a poco fue aprendiendo todos los secretos del rubro, y hoy en día hasta tiene una pyme de remodelación y mantenimiento de casas. Se mudó a Santiago y ha ganado una extensa cartera de clientes.
"Actualmente trabajo por toda la Región Metropolitana, e incluso fuera de la región si me requieren. Hago de todo lo que tenga que ver con la remodelación del hogar y arreglos, pero se podría decir que la electricidad y la gasfitería son mi fuerte", comenta Díaz.
Una juventud llena de objetivos
María Díaz es una mujer joven, pero con una experiencia en la construcción de casi diez años. A pesar de ello, aún no ha tenido la oportunidad de certificarse en las áreas en las que trabaja, pero día a día trabaja por cumplir estos objetivos.
"Me ha costado certificarme. No ha estado a mi alcance todavía poder concretar eso. Es mi propósito, pero las circunstancias de la vida a veces no lo permiten. Por ejemplo, mi prioridad ahora es ayudar a mi mamá", señala.
Sobre sus metas, la joven cuenta que sus deseos son "estudiar, sacar mi carrera y certificarme. También me gustaría crear una microempresa un poco más grande, y contratar a muchas mujeres, quienes a veces se ven entrampadas y necesitan este tipo de empleos. Quisiera ayudarlas a que salgan adelante, porque a mí me pasó, me costó mucho despegar".
Al concluir, la maestra hizo un llamado a las mujeres que se interesen en el mundo de la construcción, a que no lo piensen más. "Den el paso, no piensen en cómo las van a ver por trabajar en esto. Tenemos las mismas capacidades que cualquiera y no nos tenemos que ver limitadas, porque estamos en un mundo en que todo ha cambiado hacia la igualdad. Si no encuentran trabajo en otros rubros, la construcción las está esperando", finaliza.