Rosita encontró en la gasfitería su felicidad: "Este trabajo cambió mi vida, mejoró hasta mi salud"

Rosa Carrimán sufrió una pancreatitis que derivó en una diabetes, por lo que tuvo que dejar su trabajo de aseo. Hoy es maestra gásfiter certificada y su calidad de vida está mejor que nunca.

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La vida muchas veces da señales para modificar nuestra forma de ser o cambiar la rutina que se está llevando, ya sea porque no nos hace feliz o porque está perjudicando nuestra salud física y mental.

Esto puede explicar de cierta manera el giro que tomó Rosa Carrimán (37), quien durante muchos años trabajó haciendo aseo, en donde tuvo que lidiar con un mal jefe que afectó su calidad de vida.

Hace unos años sufrió una pancreatitis que la tuvo muy delicada de salud. Producto de eso, quedó también con diabetes insulina dependiente, por lo que decidió dejar el trabajo y dedicarse a otra cosa.

Así fue como llegó a la Municipalidad de El Bosque, en donde la aconsejaron a tomar unas capacitaciones para certificarse como gásfiter. Ella no lo dudó y tomó el desafío.

"Estuve casi un año en el curso y me especialicé para obtener la certificación. Al principio fue difícil, pero vale la pena. Ahora soy independiente y no le trabajo nunca más a un jefe", soltó orgullosa.

Certificada

En el 2013 Rosita logró la anhelada certificación como gásfiter y asegura que el nuevo trabajo le cambió la vida. "Este rubro modificó todo en mí, mejoró mi salud física y mental, empecé a tener mejores ingresos y me encanta lo que hago", afirmó feliz.

Lejos de conformarse, Rosita quiere seguir perfeccionándose. Pese a la clientela fiel que tiene y la fuerza del boca a boca, ahora sueña con aprender sobre termopaneles. Y es que ese el espíritu que invade en cada mujer de la construcción, buscan continuar mejorando y creciendo profesionalmente.  Esta trabajadora es ejemplo de ello.

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