Mirtha Cepeda se especializó gracias a su hija y se certificó en el área. Asegura que las mujeres aportan grandes cualidades para el rubro, como ser cautelosas y detallistas en cada trabajo.
No han sido semanas fáciles para la gásfiter Mirtha Cepeda (55). Un accidente la tiene un mes sin poder trabajar y hace poco su hermano y su mejor amiga perdieron la vida. Pero como mujer luchadora que es, tiene muy claro que saldrá adelante, tal como sus inicios en el rubro de la gasfitería, pese a todas las dificultades.Aunque esta mujer no tenía muchas ganas de tomar un curso, su hija la convenció a inscribirse.
Y así no más fue. "De primera no me gustaba porque pasaban materia igual que en el colegio, y eso fue como un mes. Pero después nos lanzaron a la práctica y soldamos, conocimos las tuberías de baños, tinas, lavamanos, lavaplatos. Y eso me encantó", narra Mirtha.De esa manera esta mujer quillotana obtuvo su certificado, y posteriormente se lanzó a la vida como maestra independiente hace dos años, y actualmente se gana la vida en el rubro."A medida que va pasando la vida uno va aprendiendo muchas cosas, sobre todo ahora en la gasfitería, algo que me encanta hacer", cuenta.
Además, Mirtha relata que las mujeres cada vez son más aceptadas por los hombres y ahora son muy bien vistas, ya que poseen grandes virtudes para aportar en el rubro de la construcción. "Las mujeres somos más cautelosas y detallistas, entonces el trabajo queda bien terminado. Las chilenas sí podemos rendir", expresa la maestra.En su experiencia, Mirtha Cepeda recomienda a todas las mujeres que se interesen en el área de la construcción, que no duden en hacer un curso y se especialicen en lo que realmente quieren. "Si se les presenta la oportunidad de estudiar, no lo duden, porque se aprende mucho. De primera cuesta pero después una toma el ritmo. Les aconsejo que tomen el curso de lo que sea y nunca lo dejen, porque son cursos que en el futuro te van ayudando mucho a trabajar afuera, e incluso, a construir tu propia casa", cierra.
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