A Chespirito le hicieron la fiesta de la vecindad

Sin la presencia de Carolina Zúñiga, la modelo y periodista que lo "mató" hace unos años al confundirlo con el chileno Roberto Bolaño, se realizó en México el homenaje por los 40 años de carrera artística de Roberto Gómez Bolaños, conocido hasta en los hoyos negros más oscuros de la galaxia como Chespirito.

Debido a que nueve mil personas no caben en la vecindad del Chavo, la multitud fue trasladada a regañadientes al Auditorio de Ciudad de México, lugar donde Morrissey no pudo prohibir la venta de tortas de jamón y el consumo de aguas frescas de limón, que es de Jamaica, pero que sabe a tamarindo.

A minutos de entrar en escena, a Chespirito (82) le vino una chiripiorca, que no es más que un violento ataque de nervios, pero una hora después Florinda Meza, la vieja chancluda, logró tranquilizarlo y llevarlo en su silla de ruedas hasta el estrado, donde lo esperaban el viejo ferrocarril parado del Profesor Jirafales (Rubén Aguirre) y el flaco del Señor Barriga (Edgar Vivar).

Quico (Carlos Villagrán), a quien lo estuvieron llamando hasta última hora a su Iphone 8, no fue finalmente. Parientes del fallecido Ron Damón señalan que "prefirió no ir, porque al cachetes de marrana flaca lo corroía la envidia". La otra que no se presentó fue la mal agradecida de la Chilindrina (María Antonieta de las Nieves), a quien le vino un repentino ataque de llanto.

Armando Manzanero, quien es más tacuaco que la Chilindrina, cantó Somos Novios, causando una lágrima hasta al más rudo. Y Juan Gabriel se vistió de rojo y Don Francisco se puso el traje del Chapulín.

La vecindad estará quebrada, pero Chespirito la mantiene viva... "Eso, eso, eso".

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