Una historia digna de la película "Psicosis" terminó viviendo la comunidad de un edificio de Brooklyn, en Nueva York, que estaba cachuda, ya que hace más de un año no veían a su amable vecina del 5° piso, que además estaba más pasado que sobaco de Yeti y sólo cachaban la cara de la hija de la dueña del depa, que casi no hablaba.
Como el buqué era insoportable, los residentes del antiguo, pero estiloso inmueble de la Avenida 15 al llegar a la Calle 47 llamaron a los polis para que hurgaran en el caso.
Los hombres de azul llegaron a la puerta del departamento 5-B y tocaron el timbre hasta que al no recibir respuesta optaron por echar abajo la puerta.
Dentro se encontraron con Chava Stirn, una joven de 28 años, pálida y con serios atados para darle a la conversa. Estaba sentada sobre una pila de basura y los polis cacharon al toque que se trataba de un caso del famoso “Complejo de Diógenes”, un desorden de la conducta que hace juntar cachureos y basura como si fueran tesoros.
Un metro de alto alcanzaban los desechos. Cajas de pizzas, ropa podrida, agua sucia y hasta restitos de cacuca adornaban la escena.
Chava -que vestía entera de negro- les dijo a los polis que vivía junto a su madre, Susie Rosenthal, de 61 años. No supo decir si su madre estaba o no en casa, y los agentes comenzaron a llamarla y registrar la basura, donde uno encontró unos huesitos, que correspondían al hallazgo posterior.
Acostada en una cama de basura, vestida de negro, igual que su hija, estaba el esqueleto de Susie Rosenthal.
El macabro hallazgo fue complementado después con datos de la policía, cuyas fuentes soltaron que Chava acostaba a su madre muerta todas las noches y para los días de fiesta la sentaba a la mesa para una comida familiar.
Los diarios gringos le dan harto a la noticia y los más cuáticos hablan de un versión de la peli y serie “Psicosis”, esa donde el anormal Norman Bates vivía con el cadáver de su mami, además de literalmente filetear a los que llegaban al hotel de la familia.
