La caza comercial de ballenas está prohibida desde el año 1986, pero en Japón están dispuestos a todo para que los países miembros de la Comisión Internacional Ballenera (IWC, en inglés) veten la medida.
Para lograr su objetivo, la diplomacia nipona estaría regalando premios en dinero y geishas dispuestas de realizar todas las fantasías que el cliente pida, asegura el diario inglés The Sunday Times.
Hasta ahora los países que habrían aceptado la tentadora oferta serían los de Guinea Conakry, Saint Kitts (San Cristóbal), Kiribati, las islas Marshall, Costa de Marfil y Granada. Los encargados de la negociación acordaron pagar 30 millones de dólares por voto, pero no se sabe cuántas chiquillas pusieron sobre la mesa.