Un reconocido teólogo explica que muchas de las interpretaciones de los últimos días de Jesús pueden ser erróneas. Sus argumentos han impactado a los estudiosos de la Biblia.
Una nueva teoría que está remeciendo a la comunidad cristiana es la que propone el prestigioso teólogo argentino, Ariel Álvarez Valdés, justo a las puertas del comienzo de Semana Santa.
El experto en religión y escrituras bíblicas brindó una interpretación diferente sobre la escena de Jesús crucificado junto a los ladrones en la cruz, las cuáles se pueden leer en los escritos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Álvarez asegura que los dos ladrones crucificados junto a Jesús en realidad eran sus discípulos.
Los argumentos
Primero parte explicando que durante los años que Roma dominó Judea, la crucifixión se impuso como un castigo que los romanos aplicaban únicamente a los rebeldes políticos, a los revolucionarios sociales, y a los subversivos.
No se aplicaba a los ladrones, por lo que lo más probable es que éstos últimos tuvieron una conexión mucho más cercana con Jesús.
Cuando los soldados arrestaron a Jesús en el Monte de los Olivos, éste se defendió diciendo: "¿Han venido a prenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido (lestés)?" (Mc 14, 48; Mt 26, 55; Lc 22, 52).
Es decir que Jesús fue considerado un lestés, el mismo título que se utiliza para designar a los dos hombres crucificados con él, de acuerdo a lo expuesto por el teólogo en
Esto lleva a una segunda conclusión: los dos condenados debieron de ser discípulos de Jesús, apresados y juzgados por el mismo delito. Por eso terminaron muriendo junto a él, justo uno a cada lado. ¿Qué tal?
Otra duda que obtiene respuesta: ¿por qué insultaban a Jesús si supuestamente no lo conocían? Como parte de su movimiento, seguramente se sintieron desilusionados ante el fracaso del líder .
"¿No eres tú el Mesías? Pues sálvate a ti y a nosotros" (Lc 23,39), le recriminó uno de los crucificados, lo que sugiere que no era un delincuente común que no conocía a Jesús, pues entonces no le diría Mesías.
Mientras que el otro le dice: "Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino" (Lc 23,42). Este hombre, por otro lado, parecía creer en sus palabras y estaba convencido de que Jesús era el hijo de Dios.
Según el experto, la escena de un Jesús muriendo por el Reino junto a otros compañeros le hacía perder centralidad y exclusividad ante los fieles, por lo que se les rebajó a la categoría de ladrones.