ROMA.- Con el alma en un hilo estuvieron por seis horas los barreros pop italianos, habitantes de la ciudad de Reggio Calabria, luego que un sujeto se encerró en un jardín infantil con una decena de niños y una maestra como rehenes, aunque finalmente fue reducido por la Policía y los pequeños fueron liberados sin haber sufrido daños.

El hecho ocurrió en el jardín infantil "Il Girondo", hasta donde llegó Cristian Familiari, de 32 años, quien logró ingresar a eso de las 09.15 horas (08.15 GMT), armado con un pequeño cuchillo y durante seis horas, tiempo en que permitió salir de manera gradual a cinco niños.

La acción del sujeto fue para llamar la atención sobre un atado familiar relacionado con la expropiación de unas tierras y una fábrica de mármoles ubicada en ellas.

Sin embargo, lograron reducir al plagiador luego que se introdujeron al recinto por una puerta lateral y obligaron a rendirse a Familiari, mientras hacían salir a la profesora y los niños que aún quedaban dentro.

"No nos ha hecho daño, no nos ha hecho daño", decía mientras salía de la escuela infantil una niña, quien junto al resto de sus pequeños compañeros ha corrido hacia sus padres.

Se vivieron momentos de tensión e incertidumbre cuando Familiari fue conducido por los agentes a un vehículo policial y las numerosas personas congregadas junto a la guardería querían comérselo vivito, con zapatos y todos.

La policía destacó la capacidad de la profesora retenida, Lorenza Mangiola, que durante todo el secuestro logró que los niños siguieran jugando, para evitar, en la medida de lo posible, que se asustaran, consignó la prensa.

CAYÓ CHANCHITO

El secuestrador cayó chancito, luego que la policía ingresara y lo agarrara de los fundillos mientras negociaba con algunos familiares, en especial un primo, quien intentaba convencerlo para que dejara la tonterita y liberara a los pitufos y a su "tía".

En aquel momento, Familiari mantenía aún retenidos a media docena de niños y su maestra, pues a lo largo de la mañana había dejado salir a cinco de ellos, uno por uno, como fruto de largas negociaciones, mantenidas a través de un cristal roto en la puerta del local.

En las conversaciones con Familiari participaron el fiscal de Reggio Calabria, Franco Scuderi; el alcalde de la localidad, Giuseppe Scopelliti, así como sus familiares.

En un primer momento, la prensa local informó que el sujeto era padre de uno de los pitufos que asistena al jardín, a quien presuntamente no podía ver luego de separarse de su madre, pero posteriormente un hermano de Familiari, Salvatore, explicó a la televisión que se trataba de "un gesto desesperado" para llamar la atención de los medios sobre un problema relativo a la expropiación de unos terrenos.

El hombre, que también había pedido hablar con algunos periodistas, pudo ser visto en imágenes de la cadena pública RAI, grabadas desde el exterior de la guardería a través de un cristal roto, en las que gritaba: "quiero que me devuelvan mi dignidad, quiero poder volver a abrir mis negocios".

ESTABA MÁS RODEADO QUE "MADAME LE CHANTÉ"

Durante el tiempo que duró el secuestro, la guardería estuvo custodiada por agentes de la Policía italiana, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona, ante la mirada angustiada de los padres de algunos de los pequeños y numerosos curiosos.

Según diversas versiones, Familiari habría logrado introducirse en la guardería haciéndose pasar por padre de unos de los niños, estratagema que habría empleado poco antes en otro colegio infantil, del que fue expulsado por el personal.

Sin embargo, otros medios aseguran que el hombre entró a la fuerza en el local, rompiendo el cristal de la puerta, tras lo que amenazó a la maestra y le dijo que llamase a los servicios urgencia.