Cuando cantó en el Duomo de Milán, el tenor tano venía recién saliendo del "corona", aunque tuvo la suerte de que lo agarró suavecito.
El 12 de abril pasado, a casi todo el mundo le entró un camión tolva lleno de basurita en los ojos, tras la emoción que provocó el concierto de Andrea Bocelli llenando sólo con su voz el Duomo de Milán.
Lo que no se sabía, eso sí, es que en esa maravillosa jornada, el tenor italiano venía saliendo del coronavirus el que se pegó a principios de marzo y fue una verdad recién largada.
"Fue terrible, toda mi familia estuvo contaminada", contó la dura Bocelli, quien dijo que en su caso casi no sintió los estrágos de la calamidad por lo que, incluso, cree que es asintomático.
Lo mejor de todo es que el cantante donó plasma al hospital Cisanello de Pisa, el que a diferencia de lo que cree nuestro ministro Mañalich, sí es usado para sanar a pacientes infectados, ya que posee anticuerpos que se hicieron "buenas personas".