La industria del porno siempre está buscando nuevas formas de hacer más billetes con los califas, y la tecnología parece ser el socio más evidente.
Marc Dorcel, productor y distribuidor de películas triple X en Francia, presentó esta semana en el mercado internacional audiovisual de Cannes (Francia) su primer trabajo hecho para el uso de un casco de realidad virtual con visión 3D a 360 grados. Saldrá a la venta del público con el nombre de la cinta el 21 de octubre.
Auriculares, anteojos con imágenes: todo para que el espectador de Dorcel tenga las mismas vivencias -auditivas y visuales al menos- que el personaje principal, un supuesto director de cine porno que está rodando una escena con Anna Polina, su actriz favorita.
Cachen la idea: con el casco puesto, si miran a la izquierda verán a dos minurris atinando y a la derecha una enfermera quedando como Dios la trajo al Mundo. Al bajar la cabeza no se verán a sí mismos, sino que la parte baja del actor, que para hacer la escena usó una casco con 14 cámaras.
"Al cabo de un minuto, uno se olvida de donde está"
, comenta Ghislain Faribeault, vicepresidente de Dorcel.
El "pero": Es terrible de caro
"La idea no es mala, pero implica que el espectador disponga del material adecuado. Es para un público limitado"
, comenta Nathanael Kalfa, responsable para Europa de otro gigante norteamericano del porno, Penthouse.
Hasta el momento se han vendido pocos cascos de realidad virtual. Realizar la película cuesta diez veces más caro que una producción normal y por lo tanto están destinadas a los fanáticos de la tecnología y que tengan la media billetera, según Dorcel.
Pero el productor francés está convencido de que esta inmersión del espectador en la película es el futuro del porno.
"¿Eres un fan de Anna Polina? Ella se te acerca y te habla"
, explica el productor.
