Tuvo que aferrarse sólo con sus manos de la estructura para sobrevivir a un vuelo de más de dos minutos.
Con un desgarro en un tendón de su mano derecha, pero con vida para contar la historia, terminó un sujeto que realizó un vuelo en alas delta durante sus vacaciones en Suiza.
Resulta que Chris Gursky tuvo la mala suerte de elegir a un instructor olvidadizo, porque antes de lanzarse a volar sencillamente no lo aseguró al aparato y se lanzó a volar de una.
Pasaron pocos segundos para que se percatara del tremendo error que había cometido, pero no podía aterrizar de inmediato porque el terreno no era propicio.
Para mayor terror del pasajero, que se afirmó lo más fuerte que pudo con ambas manos, el ala delta comenzó a tomar altura.
La terrible experiencia de Gursky se prolongó por dos infinitos minutos y 20 segundos.
Afortunadamente para él, logró tener la capacidad física para sobrevivir a la prueba.