La activista por la paz y Consejera Estatal de Myanmar, estuvo retenida en su casa durante 15 años, mientras promovía una campaña para llevar la democracia al país asiático. En el golpe de Estado del lunes fue detenida por militares.
Probablemente, el haber nacido en el año de una revuelta marcó para siempre los pasos de Aung San Suu Kyi, la reconocida líder del movimiento democrático de Birmania y que fue detenida ayer por los militares que declararon golpe de estado en este país.
Se trata de la hija del héroe de la independencia, Aung San, quien murió cuando ella solo tenía dos años. En su infancia debió estar exiliada en India y en Reino unido y su historia ha estado marcada por la lucha por los derechos del pueblo birmano ya que siempre ha sido partidaria de llevar la democracia al país.
Hoy tiene 75 años, pero su carrera política comenzó en 1988, cuando levantó el movimiento pro-democrático en contra de la dictadura militar que en ese tiempo gobernaba en Birmania. De hecho, la mantuvieron 15 años detenida en arresto domiciliario, aunque en realidad estuvo 20.
En 1991 se le confirió el premio Nobel de la paz por ser "un ejemplo extraordinario del poder de los que no tienen poder" pero la Eurocámara le arrebató el premio Sájarov que le concedió en 1990.
En el 2010 finalizó su condena. En el 2011 la comisión electoral de su país aprobó la legalización de su formación y en 2012 Aung San Suu kyi fue elegida parlamentaria. Luego, en 2015, ganó las elecciones convirtiéndose en líder de facto de su país, pero desde el 2016 se ha visto condenada por los mismos que antes le dieron su apoyo, criticada por su silencio ante el conflicto rohingya en Myanmar.
Esta situación también le valió cuestionamientos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los militares en su contra
Ya en el pasado, la Junta birmana anuló la votación donde ganó Suu Kyi porque estimaron que no iba en acuerdo con la constitución de ese país. Esto, por estar casada con un extranjero y participar de los comicios estando en calidad de condenada.
En noviembre pasado ganó las elecciones, pero la oposición de su país, el llamado Partido de la Solidaridad y el Desarrollo (PSDU), se pronunció diciendo que el resultado era injusto ya que las restricciones por el Covid impidieron que una parte del electorado pudiera votar.
Además, se debe considerar que los militares birmanos tienen derecho a veto en el parlamento birmano y, en marzo pasado, cuando el partido de Suu kyi intentó reformar la constitución, ellos lo rechazaron.
La constitución de Myanmar le prohíbe convertirse en presidenta porque tiene hijos que nacieron en el extranjero. El título oficial es Consejera Estatal. El presidente, Win Myint, es un ayudante cercano.
El último golpe
Y fue así como el pasado lunes el ejército, apoyado por la oposición, declaró el golpe de estado deteniendo a la líder demócrata y a los demás miembros del parlamento. Ho es el Comandante en jefe, el general Min Aung Hlaing, quien asumirá el mando del país por un año.
El partido de Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia, señaló en sus redes sociales "que el comandante en jefe tome el poder de la nación va contra la Constitución y niega el poder soberano del pueblo". Aung San Suu kyi, por su parte, pidió apoyo su pueblo y les instó a no aceptar este nuevo golpe.