Dos paquetes que llevaban "tóner con tinta", enviados por avión desde Yemen hasta Estados Unidos, y que hicieron escala en Inglaterra, resultaron tener explosivos e iban a ser usados para detonar centros judíos en Chicago, según expresaron fuentes del FBI.
La alerta terrorista fue enviada desde Inglaterra, lugar donde fue encontrada una de las encomiendas "sospechosas". De inmediato la policía cerró el aeropuerto de carga de East Midlands y revisó el avión de UPS, que venía desde el país vecino de Arabia Saudita y que haría otra escala en Filadelfia.
Las autoridades inglesas de inmediato alertaron al gobierno de Estados Unidos, quienes revisaron las naves de encomiendas en aeródromos de Filadelfia, Chicago, Nueva York y Newark.
La medida de precaución surtió efecto, pues horas más tarde otra nave, esta vez un viaje comercial de "Emirates Airlines" procedente de Dubai, cruzaba el espacio gringo con la alerta. El vuelo fue escoltado con varios F-15 hasta su aterrizaje en el aeropuerto JFK de Nueva York.
El presidente Barack Obama se refirió al presunto atentado como una "amenaza terrorista creíble", pero que el plan de contención dio excelentes resultados.
"Creemos que ha sido un intento de ataque contra Estados Unidos. Sabemos que Al Qaeda, en la Península Arábica, continúa planeando atentados terroristas contra nuestro país, ciudadanos y aliados", lanzó.
"Fortaleceremos la cooperación con Yemen para extirpar a Al Qaeda de la Península Arábiga y destruir a sus afiliados, así como lograr un Yemen más próspero", remachó la autoridad antes de abandonar la sala de conferencias.
Las empresas UPS y FedEx señalaron que cancelaron todos los encargos desde Yemen hasta nuevo aviso.
