Programa español analizó el recinto penitenciario y dijeron que “es una condena a muerte indirecta”, y que el joven chef deberá luchar por sobrevivir.
El chef y youtuber, Daniel Sancho, hijo del actor español Rodolfo Sancho, terminará sus días en el centro penitenciario de Bang Kwang, de Tailandia, tras ser condenado a cadena perpetua luego de asesinar al médico cirujano Edwin Arrieta.
La prisión es considerada un infierno en la tierra, de hecho, tras descartarse la pena de muerte, la defensa del joven esperaba que viviera en un lugar menos terrible. Fueron los abogados de Arrieta quienes confirmaron el destino de Sancho.
Dicen que ser internado en Bang Kwang es lo último que desea cualquier condenado en Tailandia. La penitenciaria fue bautizada como “El Gran Tigre”, porque se come vivos a los hombres que residen allí.
La cárcel por dentro
Es la principal cárcel del país, es exclusiva para hombres, y está en el punto de mira de varios organismos internacionales por las condiciones en las que viven sus habitantes, informó la BBC.
Se estima que el 25% de los presos no llegan vivos a su tercer año dentro. Sancho vivirá en una celda de 1,5 por 3 metros con colchones en el suelo y donde las condiciones higiénicas y sanitarias son escasas.
“Es una condena a muerte indirecta”, dijeron en el programa español Código 10. “Los reclusos mueren por desnutrición, enfermedades y violencia. Pagan a mafias, tienes que pagar tu comida, hay fuertes coacciones e incluso pueden utilizarte como objeto sexual”, comentó un experto.
La mala fama de la cárcel no solo viene de las condiciones en las que viven los presos, sino también por los propios presos y los delitos que han cometido.
Junto a delincuentes alta peligrosidad
Bang Kwang se construyó para albergar a los delincuentes más peligrosos, como asesinos y violadores.
Por otro lado, los guardias también participan de este círculo violento. Hay torturas y abusos, y un serio problema de corrupción dentro del personal de funcionarios.
Según el mencionado medio, también falta espacio y alimentos: la mayoría del tiempo solo comen papillas a base de gachas y arroz; y la seguridad se solventa solo con el dinero.
Los presos reciben una paga que se les ingresa en una cuenta personal, donde también pueden acceder otros familiares. Y el producto más preciado es el café, la única sustancia excitante y legal con la que se puede comerciar.
En conclusión, Daniel Sancho deberá afrontar su mayor reto, sobrevivir.