“Qué bola Cuba. Recién aterrizado aquí y ansiando juntarme y escuchar directamente al pueblo cubano”, fue el mensaje de Twitter que lanzó ayer por la tarde al mundo Barack Obama, al convertirse en el primer presi gringo en pisar suelo isleño desde 1928 y tras la llegada al poder de Fidel Castro, en 1959.
El guaripola yanqui, que llegó en medio de un aguacero, partió después de almuerzo, onda 14.32 de Chile, desde la base aérea Andrews, en Washington, a bordo del avión presidencial “Air Force One”, en un vuelo de tres horas a La Habana, donde estará hasta el martes.
Los objetivos del viaje de Obama serían dos: encontrarse con el pueblo cubano y consolidar la nueva relación con el presi Raúl Castro, en la senda del espectacular acercamiento iniciado en diciembre de 2014, con la idea de que lo ya avanzado sea irreversible.
Y una de las papitas de la visita es el discurso televisado de Obama a toda la isla, algo impensado hasta en los más atrevidos guiones de las películas de Hollywood.
Y no se descarta que Obama pueda entrevistarse con el retirado líder revolucionario Fidel Castro Ruz.
No obstante tanta maravilla, hubo quejas de opositores a Raúl Castro, quienes fueron arrestados cuando manifestaban en las calles, especialmente las disidentes “Damas de Blanco”, que son familiares de presos políticos del régimen castrista.
Una vez terminada la visita, el caporal seguirá viaje a Argentina, donde buscará reforzar la imagen de una Gringolandia diferente a la que por décadas promovió intervenciones y consideró a América Latina como su patio trasero.
Delegación para tomar mojitos
Obama inició su viaje a La Habana bien vigilado, ya que está acompañado de su wife Michelle y sus hijas Sasha y Malia, además de su suegra Marian Robinson.
Junto a los parientes, de quienes no se sabe si probarán roncola o mojitos, lo acompañan la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, los senadores demócratas Patrick Leahy y Dick Durbin y el republicano Jeff Flake.
Otra delegación, con personajes de la industria, el comercio y la cultura, también viajó a Cuba, pero en un nivel más piola.