En total fueron incautadas cerca de dos toneladas de cocaína desde el puerto de Amberes (segundo más importante de Europa) y el aeropuerto de Bruselas-Zaventem.
El tráfico de cocaína por aire y por mar aumentó en marzo entre América del Sur y Bélgica, al anticipar los traficantes la reducción de los viajes y del comercio a causa de la pandemia del nuevo coronavirus.
"Estos últimos días observamos un aumento sustancial de las incautaciones", afirmó Kristian Vanderwaeren, administrador general de las aduanas de este país, vía de entrada de la cocaína a Europa a través del puerto de Amberes.
Según el jefe de los aduaneros, "la mafia en América del Sur se organizó y colocó la mayor cantidad posible de mercancía en los contenedores, sabiendo que el tráfico de contenedores disminuirá hacia Europa en los próximos meses".
Más de 1,6 toneladas de cocaína se interceptaron así en el puerto de Amberes, el segundo más importante de Europa por detrás de Róterdam (Países Bajos), entre el 27 y el 30 de marzo, en tres controles.
"Cantamos bingo tres veces", asegura Vanderwaeren, porque incautar 300 o 700 kilos de cocaína de una sola vez no es habitual en este período del año, lejos de las vacaciones de verano en el hemisferio norte o de los festejos del Año Nuevo.
Otra sorpresa
Además, casi 350 kilos de esta misma droga se incautaron el 16 de marzo en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem, en un vuelo procedente de República Dominicana. "Normalmente, detectamos 1 kilo, 1 kilo y medio, 2 kilos... Pero nunca tal cantidad" en el equipaje, agrega el administrador general.
La droga estaba escondida en "ocho maletas" colocadas en la bodega y nadie las reclamó a la llegada, explica la fiscalía de Hal-Vilvorde (centro), precisando que no hubo detenciones.