Adentro de la botella hay licor de frambuesa negra de Chambord, localidad franchute de gran prestigio en el tema. Afuera, un millar de pequeños diamantes redondos, otros en forma de pera, una esmeralda cuadrada, algunas perlas y para matizar, oro de 18 kilates.
Es la más cara del mundo, dicen en Londres, donde esperan venderla en por lo menos dos millones de dólares. Creada por el joyero Donald Edge, la botella fue presentada en uno de los actos de la London Fashion Week, que lleva ya 25 años realizándose.
Aunque la pieza es más digna de un museo que de un bar, no se descarta que el comprador quiera "sacarle el aire" de un viaje.
