En 2012 Cecilia Giménez, una española de 85 años aficionada al arte, intentó restaurar el Ecce Homo, creada a comienzos del Siglo XX. ¿El resultado de sus buenas intenciones?
Cualquier parecido con la obra anterior, de Elías García Martínez, era pura coincidencia. Un rostro casi deforme convirtió la joyita en el "Ecce Mono".
El "arreglo" fue blanco de burlas a nivel internacional, prestándose para memes e incluso un cambio de nombre: "Ecce Mono". Tal fue el recorrido de la historia, que hasta se creó un musical contando la anécdota y se rodó un corto británico en tono de comedia.
Otra vez...
Seis años más tarde, el arte sufre nuevamente las consecuencias de las buenas intenciones. Esta vez, en la provincia española de Navarra.
Una escultura de San Jorge, tallada en el Siglo XVI y ubicada en la iglesia de San Miguel de Estella, fue 'restaurada' por una profesora de manualidades del sector.
Originalmente, la obra contaba con un cromatismo típico del arte medieval. Y ahora sus colores se acercan más a la estética arte pop de Andy Wharhol. O sea, otro condoro que ha producido un tsunami de burlas en redes sociales.
La Asociación de Conservadores y Restauradores de España (ACRE) lo calificó de "desastroso" e informó que presentará una queja ante la Fiscalía de Navarra.
Añadió que es "un hecho muy serio" porque este tipo de obras de arte son "una herencia, un patrimonio que nos pertenece a todos y a todos nos compete su protección. Su destrucción, en este caso, a todos nos debería horrorizar".
Una de las páginas Facebook donde la noticia ha tenido mayor difusión es ArtUs Restauración Patrimonio, donde se critica el pobre trabajo.