¿Será que los nuevos tiempos han puesto a nuestro cerebro flojonazo? Según un estudio de tres universidades gringas, así es. Betsy Sparrow, sin parentezco con Jack, psicóloga de la Universidad de Columbia, junto con Jenny Liu de la Universidad de Wisconsin-Madison y Daniel Wegner de Harvard demostraron que nos cuesta memorizar cosas.
¿Se acuerda del número telefónico de su pierna peluda o suave? ¿Para qué, si está la agenda del teléfono? Eso mismo ocurre con la web. "Desde el surgimiento de los motores de búsqueda, estamos reorganizando la forma en cómo recordamos las cosas (...) Nuestros cerebros acuden a internet para suplir la memoria, como si confíaramos en la memoria de un amigo, familiar o colega. Recordamos menos a través del conocimiento mismo y más acudiendo a donde está la información", soltó Liu.
Su investigación, llamada "Efectos de Google en la memoria: Consecuencias cognitivas de tener información en la punta de los dedos", puso a prueba la nueva memoria humana. Los primeros sujetos sometidos a estudio debieron responder peludas preguntas de trivia, luego probaron si la dificultad aumentaba resaltando palabras con colores básicos como azul o rojo. Su reacción instantanea a palabras ligadas a los motores de búsqueda como Yahoo y Google indicó que los participantes pensaron en la búsqueda en internet como la forma de encontrar la información luego.
Lo segundo fue convertir las preguntas de trivia en afirmaciones. Los sujetos de estudio debieron escribir las oraciones en un computador, pero bajo la advertencia que algunas podrían estar disponibles en internet y otras no. Después los cabros debían repetirlas. Cuando los investigadores soltaron cuáles frases se salvarían en la web y cuáles no, los sujetos de estudio prefirieron memorizar lo que no estaría online.
Luego los caperuzos probaron la memoria con las afirmaciones: preguntaron tanto por el contenido de ellas como en la forma para llegar a la información. La mayor parte de ellos memorizaron la información que no estaba en la red.
El resultado de la trivia fue categorizado en cinco carpetas genéricas. Les pidieron que repitieran los nombres de los folios y lo hicieron con mayor éxito que repitiendo las oraciones completas. Un análisis exhaustivo reveló que la gente no necesariamente recuerda adonde encontrar cierta información si la conocen bien y saben adonde encontrarla cuando no la recuerdan.