Quería seguir todos los movimientos de su ex esposa, pero los cálculos le salieron mal y casi quedó sepultado vivo.
Aunque los celos son un sentimiento más común de lo que se dice abiertamente, nunca traen nada bueno ni deben servir como excusa para justificar amor.
Dejando claro lo anterior, la historia protagonizada por un hombre mexicano llamado César Arnoldo G. (50) es un caso extremo que pudo haber acabado en tragedia para él.
Todo comenzó cuando el hombre, dominado por sus celos enfermizos, cavó un túnel para espiar a su ex pareja, identificada como Griselda S. (58). Esto tuvo lugar en la comunidad mexicana de Sonora.
La mujer llevaba alrededor de una semana escuchando ruidos extraños en la parte trasera de su casa, pero suponía que se trataba de gatos callejeros.
Una tarde, cansada de los sonidos molestos, decidió revisar y, al encontrar las pertenencias de su ex marido, alertó a la policía. Una decisión que salvó la vida del sujeto, pues estuvo a punto de quedar sepultado.
"Fui por una vecina, quien se asomó y dijo que no había nada, luego yo vi unos zapatos, dos cuchillos y agua para tomar, le grité que saliera y no me hizo caso", detalló la mujer en La República.
Francisco Javier Carrillo Ruiz, director de Protección Civil y del cuerpo de bomberos, explicó que se aplicó un arduo trabajo de rescate, ya que hubo que extraer gran cantidad de tierra por un pasillo estrecho para liberarlo.
Tras ser sacado del túnel, Arnoldo fue llevado al hospital. Allí le detectaron deshidratación severa y probable intoxicación. El juzgado dictó una orden de alejamiento hacia su ex esposa.
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