Para poder circular, los habitantes de Hubei deberán mostrar un código QR "verde" en sus teléfonos móviles, una especie de justificante de que no están infectados.
La provincia china de Hubei, donde surgió el covid-19 en diciembre, se dispone a levantar su cuarentena cuando hay en el mundo 1.800 millones de personas confinadas.
A partir del miércoles, los habitantes sanos de esta zona del centro de China podrán moverse libremente. Pero los de Wuhan, ciudad origen de la pandemia y aislada desde finales de enero, deberán esperar al 8 de abril.
China registró el martes 78 nuevas muertes por el coronavirus, pero -según lo que se reporta- son casi exclusivamente de personas llegadas del extranjero.
Esto prueba que la epidemia está casi controlada, aunque despierta el temor a una nueva ola de contagios.
Para poder circular, los habitantes de Hubei deberán mostrar un código QR "verde" en sus teléfonos móviles, una especie de justificante de que no están infectados.
Preocupante ola de contagios
El incremento en los casos importados y el levantamiento de las restricciones en algunas ciudades le permite a las personas volver al trabajo y reactivar a la golpeada economía china, pero hace temer también una segunda ola de infecciones.
Un sondeo privado publicado el martes sugirió que "no era poco razonable" una contracción de 10% a 11% en el producto interno bruto de China durante el primer trimestre.
La epidemia ha dañado todos los sectores de la economía: desde las manufacturas al turismo. Para persuadir a los negocios a que reabran, el gobierno ha ofrecido créditos, ayudas y subsidios.
El China Daily advirtió en una editorial el martes que mantener restricciones tan estrictas en el desplazamiento de las personas ahora haría "más mal que bien".