Un califa y moribundo ciudadano chino decidió que la mejor forma de partir de este mundo cruel era tirar la casa por la ventana en su funeral. Y para ello, el picarón contrató a tres strippers para calentar el ambiente en la hora del adiós.
Las chiquillas le pusieron ene talento a la hora del bailoteo y hasta le bailaron al ataúd del finado, identificado como Mr. Jian, frente a sus familiares y amigotes más cercanos.
La llegada de las strippers a los funerales en China y Taiwán se puso de moda, pues buscan atraer a más personas a estas ceremonias. ¿La razón? Por esos lares la cantidad de gente que asiste a estas despedidas les da un estatus a la familia, es decir, mientras más pericos vayan, el finado era más top.
Sin embargo, las autoridades chinas están chatas con esta tendencia y buscan una fórmula para cortar de raíz el carnaval.
El ministro de cultura de ese país cree que estas prácticas distorsionan “el valor cultural del negocio del entretenimiento” y califica tales actos como “incivilizados”. Añade que seguirá trabajando con la policía para acabar con esta práctica.