Los viajes en el tiempo parecen cosa de la televisión y las novelas de ciencia ficción. Sin embargo, la comunidad científica ha llegado a acuerdos teóricos en los que se asegura que sería algo posible de llevar a cabo.
Así lo planteó el astrofísico Ethan Siegel en el blog Starts With A Bang de Forbes, donde explicó que la idea de viajar en el tiempo podría ser posible "gracias a algunas propiedades muy interesantes del tiempo y el espacio según teoría de la relatividad general de Einstein".
Su base son los agujeros de gusano, también conocidos como el puente de Einstein-Rosen, que son pasajes a través del espacio-tiempo. De hecho, se ha comprobado que en el universo hay fluctuaciones cuánticas minúsculas en el tejido del espacio-tiempo que generan fluctuaciones de energía.
"Una fluctuación de energía positiva muy fuerte y densa crearía un espacio curvado de un modo particular, mientras que una fluctuación de energía negativa fuerte curvaría el espacio exactamente de la manera opuesta", señaló Siegel, argumentando que "si conectamos estas dos regiones de curvatura, podríamos llegar a la noción de un agujero de gusano cuántico".
Tendría un inconveniente
Según el astrofísico, si un agujero de gusano durara lo suficiente, potencialmente se podría transportar a través del mismo una partícula: esta desaparecería instantáneamente de un lugar en el espacio-tiempo y reaparecería en otro. Sin embargo, para transportar a un humano se requeriría una metodología más compleja.
El especialista explicó que si creamos un agujero negro supermasivo y su contraparte de la hipotética masa o energía negativa (que aún no ha sido descubierta), al conectarlos deberíamos crear también un agujero de gusano transitable. Y ahí es donde entra en juego el concepto de dilatación del tiempo: cuanto mayor sea el movimiento a través del espacio, menor será el movimiento a través del tiempo.
"Si alguien hubiera creado un par de agujeros de gusano enredados hace 40 años y los hubiera enviado a ese viaje, hoy, en 2017, sería posible entrar en uno de ellos y acabar en otro en el pasado, en 1978", soltó el capo.
¿El problema? Pues que no podríamos ser capaces de regresar del pasado al presente, concluyó Ethan Siegel.