La justicia británica declaró culpables a dos hombres por robar un inodoro de 4,8 millones de libras desde un palacio histórico.
El pasado martes dos hombres fueron declarados culpables por el robo de un inodoro de oro macizo desde el Palacio de Blenheim, un castillo de siglos de historia en el sur de Inglaterra.
El robo más excéntrico de la última década no solo desató una ola de asombro, sino también un desastre inesperado: una inundación.
El insólito suceso ocurrió en la madrugada del 14 de septiembre de 2019, cuando los ladrones, entre ellos Michael Jones de 39 años y Frederick Sines de 36 años, irrumpieron en la residencia clasificada como patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO, ubicada en Woodstock, Oxfordshire.
La pieza sustraída no era un objeto cualquiera, sino un retrete de oro de 18 carates que tenía un valor de 4,8 millones de libras (alrededor de $6 mil millones de pesos chilenos) denominado “America”, que formaba parte de una instalación del célebre artista italiano Maurizio Cattelan.

Sin embargo, lo que parecía un robo perfecto terminó por convertirse en un caos: el desmantelamiento del lujoso inodoro no solo implicó el robo de una obra de arte de alto valor, sino que también causó daños importantes al provocar una inundación en el lugar.
Las cámaras de seguridad captaron a cinco hombres dentro del palacio, pero solo Jones y Sines fueron identificados y condenados por su participación en el robo.
La justicia también reveló que la venta del oro robado fue organizada por Sines, quien tras el robo se encargó de negociar el material con compradores ilegales. Mientras que a Jones se le atribuyó la ejecución del robo.
Por otro lado, James Sheen, otro de los participantes del robo y denominado como el cerebro de la banda, se entregó a la justicia en abril de 2024.
Este robo, que parece sacado de una película de ficción, dejó una mancha en la historia del Palacio de Blenheim, la misma residencia donde nació Winston Churchill.