La juez Deborah Taylor le reprochó a Julian Assange que se pusiera "deliberadamente fuera del alcance de la justicia".
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, fue condenado el miércoles a casi un año de cárcel en Reino Unido por haber violado su libertad condicional cuando en 2012 se refugió en la embajada de Ecuador en Londres para no ser extraditado a Suecia.
Un tribunal londinense lo condenó a 50 semanas de reclusión por este delito pasible de un año de prisión, por el que fue detenido el 11 de abril dentro de la legación ecuatoriana después de que Quito le retirara el asilo diplomático que la había acordado casi siete años antes.
Este es, sin embargo, solo el primer capítulo de la batalla legal que le espera al australiano, requerido por Estados Unidos para juzgarlo por "piratería informática": el jueves debe enfrentar una vista judicial por esa petición de extradición, que su equipo legal recurrirá en un proceso que podría alargarse hasta dos años.
"El combate continúa", afirmó el periodista islandés Kristinn Hrafnsson, redactor jefe de Wikileaks, afirmando que "mañana empieza la batalla más dura y más importante" que podría constituir "una cuestión de vida o muerte para Assange".
El experto informático, de 47 años, llegó al juzgado en un furgón policial desde la prisión de Belmarsh, donde pasó las últimas dos semanas, con un desafiante puño en alto y mejor aspecto que cuando fue detenido.
"¡Vergüenza a Reino Unido!" y "¡Vergüenza a Ecuador que vendió a Assange!", gritaba una manifestante mientras otro enarbolaba una pancarta que decía "Liberen a Julian Assange, candidato al premio Nobel de la Paz".
Subrayando que vigilarlo durante tantos años tuvo un coste para los contribuyentes británicos, la juez Deborah Taylor le reprochó que se pusiera "deliberadamente fuera del alcance de la justicia".
"Hice lo que creí que era mejor, tal vez lo único posible", afirmó Assange en una carta de arrepentimiento leída por su abogado, quien aseguró que este decidió quedarse en la legación ecuatoriana por "las amenazas que recaían sobre él desde Estados Unidos" y que "lo ensombrecían todo".