A siete cadenas perpetuas consecutivas fue condenada Reta Mays, una asistente de enfermería que ya es tildada como una asesina serial.

La mujer recibió la pena por el asesinato de siete pacientes. Estos fueron atendidos en un hospital de veteranos militares de Estados Unidos.

La mujer admitió concretar los crímenes en el hospital de Clarksburg al inyectar a los pacientes con insulina.

Sus acciones provocaron episodios de hipoglucemia que causaron las muertes de los ancianos. Ante sus acciones, el juez Thomas Kleeh la tildó de ser "un monstruo del peor tipo".

En este caso, las víctimas eran exmilitares de entre entre 81 y 96 años. La mayoría sirvió en las Fuerzas Armadas durante conflictos como la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Vietnam.

Además de esos crímenes, Mays fue condenada a 20 años adicionales por intentar matar a otro paciente. Por todos sus actos no podrá acceder a libertad condicional.

La mujer presentó sus disculpas ante sus acciones. En tanto, su defensa sostuvo que Mays sufrió problemas de salud mental tras servir en el ejército en Irak entre 2003 y 2004. Sin embargo, el juez recalcó que no había justificación para sus actos.