"Los americanos nos arrebataron un cargamento", aseguró Valérie Pécresse, la presidenta de la región parisina, la más poblada de Francia.
La carrera por conseguir insumos médicos para combatir el coronavirus se ha vuelto despiadada.
Estadounidenses que compran un cargamento de mascarillas a punto de despegar a Francia en la pista de un aeropuerto en China, franceses o checos que requisan cubrebocas destinados a España o Italia.
Sin las capacidades de producir por sí mismos mascarillas en número suficiente, muchos países occidentales buscan comprar millones de éstas, lo que está conduciendo a muchos pasar por alto las reglas y el juego limpio que rigen los intercambios mundiales.
"Los americanos nos arrebataron un cargamento"
Según funcionarios franceses, un cargamento entero de mascarillas que estaba a punto de despegar rumbo a Francia fue comprado en efectivo y a mayor precio por compradores estadounidenses, en la pista de un aeropuerto en China, recientemente.
"Los americanos nos arrebataron un cargamento", aseguró Valérie Pécresse, la presidenta de la región parisina, la más poblada de Francia.
"Competencia aterradora"
El diputado ucraniano, Andrii Motovylovet, que viajó a China en marzo para acompañar un cargamento médico, contó en Facebook que fue testigo de una "competencia aterradora por equipo médico".
"Nuestros cónsules que van a las fábricas chinas se encontraron con colegas de otros países que querían arrebatarnos nuestros pedidos. Pagamos nuestros pedidos por adelantado mediante transferencia bancaria y tenemos contratos firmados. Pero ellos tenían más dinero en efectivo. Cada cargamento es una lucha", comentó el parlamentario de Ucrania.
Fenómeno mundial
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, pidió el jueves a los funcionarios de su país que investiguen reclamos similares de que se estaban desviando mascarillas de su país.
"Los mercados de suministro para el coronavirus están colapsando", señaló el profesor Christopher R. Yukins de la Universidad de Washington en una videoconferencia el jueves.
"Los Estados están en competencia entre sí para acceder a recursos", explicó el investigador Jean-Sylvestre Mongrenier del instituto franco-belga Thomas More. "Es desagradable, pero no significa un estallido de las hostilidades", estimó.