Ese fenómeno desencadenaría drásticos cambios en el planeta. Por ejemplo, el Océano Atlántico podría encogerse.
Un grupo de investigadores identificó una anomalía tectónica en el Océano Atlántico: la corteza terrestre estaría partiéndose en dos bajo las costas de Portugal y desataría cambios geográficos drásticos en el futuro.
Este fenómeno podría acabar con el segundo océano más extenso de la Tierra, juntando poco a poco a Canadá con el continente europeo, afirman científicos al National Geographic.
Los geólogos descubrieron que una placa tectónica se está deslizando bajo otra causando la división de la corteza terrestre. Un fenómeno que nunca antes se había observado.
Es en esa misma zona donde se han registrado devastadores terremotos: en 1969 un movimiento telúrico -junto con un tsunami- acabó con la vida de una docena de personas; en 1755 un fuerte sismo de 8.7º dejó más de 100 mil muertos, transformándose en uno de los más devastadores de la historia.
Lo que había mantenido confundidos a los expertos, es que ambos sismos ocurrieron en fondos marinos llanos y estables, alejados de cualquier falla o fractura de la corteza terrestre.
Si estas ideas se confirman, sería la primera vez que se consigue observar una placa oceánica en el momento (geológico) de laminación, y podría marcar, según se explica en National Geographic, "una de las primeras etapas de contracción del Océano Atlántico, enviando poco a poco a Europa hacia Canadá".
Explicaciones
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Cuando una placa tectónica se desliza bajo otra se produce un proceso de subducción.[/caption]
El geólogo Joao Duarte, quien ha estado estudiando el tema durante años, realizó una presentación ante la Asamblea General Europea de Geociencias en Viena, en la que planteó que estos sismos podrían deberse a la laminación, en dos capas diferentes, de una placa tectónica.
Según explicó Duarte, la zona submarina es como "la llanura de Kansas, pero cubierta de agua".
Mientras que en el Cinturón de Fuego del Pacífico, en donde se ubica Chile, los temblores se producen principalmente por la fricción de placas tectónicas, todo indica que en la península Ibérica ocurre lo contrario: en vez de chocar, las placas africana y euroasiática se separan a medida que esta última avanza hacia el oeste.