Desde hace días los medios de comunincación estuvieron informando sobre la "desaparación" de Mark Zuckerberg. Con comillas, claro, porque el creador de Facebook estaba más bien escondido; en rigor, agazapado, esperando el momento para salir de un conflicto mundial que parece tenerlo atrapado, listo para desfallecer.
¿Pero de qué se escondía? Su "desaparición" tuvo relación con las graves acusaciones de intervención política a favor del Brexit, en Reino Unido, y en la elección de Donald Trump, tras ser apuntado como responsable en la filtración de 50 millones de perfiles de la mentada red social y sin el consentimiento de nadie.
Ayer, sin embargo, decidió enfrentar la situación haciendo un mea culpa: "Tenemos la responsabilidad de proteger sus datos, y si no podemos, entonces no merecemos tenerlos". Tras el autoflagelo, miró al futuro, prometiendo que "lo solucionaremos". No hay aplausos. Es que lo hizo por su Facebook. Lo suyo no es salir a dar conferencias de prensa.
Lo de "desaparecer" es algo con lo que se perfiló desde pequeño. Le sienta bien. Introvertido y ensimismado en un hogar de ascendencia judía, sufrió mucho desde el momento que supo que su intelecto necesitaría en algún momento de un micrófono y un escenario para mostrarlo al mundo (enrostrar, para otros).
Un nerd virtuoso
Para eso, retrocedamos... Antes de estar atrapado y desaparecido para envolverse en esta polémica, su vida tuvo un viraje extremadamente contrario.
Es que el joven retraído, de pocos amigos y desconfiado respiró hondo para hacer lo que más le costaba hacer. Hoy es uno de los hombres más millonarios del mundo y creador de una red con más de dos mil millones de seguidores. Y si ponenos esta cifra en el planeta, resulta aún más impactante: el 28% de la población tiene una cuenta en su creación.
Considerado como "incorfomista", "robot", "nerd", "sobreprogramado", "ambicioso" y "genio" por sus cercanos, "Zuck" (33 años) edificó su mito en base a su astucia para llevar a feliz término un proyecto que, en un principio, vio como primer objetivo ser un sitio en internet para estudiantes de la Universidad de Harvard.
Esa idea no se le había ocurrido así como así. La amasó desde los 12 años, el día en que se decidió a ocupar la clínica dental de su padre como laboratorio para llevar a cabo un "humilde" plan de mansejería instantánea.
Después sólo fue cosa de desplegar su invento y sacarlo a la luz en la universidad. Le fue tan bien que en 2004 su idea se convirtió en Facebook. El lanzamiento mundial lo hizo desde su habitación de estudiante, en compañía de cuatro jóvenes socios, dos de los cuales lo demandarían por haberles plagiado la idea.
Yahoo, en 2006, decidió adueñarse de la innovadora red y ofrecerle mil milones de dólares. Fue un "no" rotundo, el que despachó mientras se arreglaba el cuello de su polera ploma, color por el que opta casi a diario por el hecho de ser daltónico.
En esos años, Steve Jobs, creador de Apple, vio en Zuckerberg una versión suya de inteligencia y creatividad, por lo que lo asesoró en la creación de Facebook, algo que el propio Mark confesó hace un tiempo.
"Es un hombre de negocios real con una aguda comprensión de los mercados y con capacidad de saber qué quiere la gente", expresó de él Steve Wozniak, cofundador de Apple.
Noah Kagan, uno de sus colaboradores en 2005, no tardó de tildarlo de "raro" en una anécdota que recoge Bussines Insider. Recuerda que lo vio "amenzando" a los que hacían mal su trabajo: "Él caminaba por ahí con una espada samurai falsa y te amenazaba si hacías un mal trabajo. ¿De dónde demonios consiguió esa espada? Nadie lo sabe. Por suerte ningún empleado fue dañado. Teníamos a un nerd de 23 años dirigiendo uno de las webs con más rápido crecimiento en Internet".
Su lado nerd, genial y obsesivo quedó reflejado en la película "The social netwoork" (ganadora de los Oscar al mejor guión adaptado, montaje y director). ¿La vio? Sí. En un principio no quiso, se negó hasta que ya no pudo hacerlo. Tras verla, su comentario fue: "Sólo yo sé la verdad". Las cabritas se le habían atragantado.
Entre lo privado y lo público
En el ámbito familiar, ha hecho pública su relación con su esposa Priscilla Chan, con quien tiene dos hijos. En cuanto a su perro, "Beast", lo convirtió en celebridad, pues cuenta con 27,8 millones de seguidores.
Pero en general es un celoso de su vida privada, al contrario de lo que pueda suceder en su famosa red. No es amistad fácil y ostenta una mansión de 100 millónes de dólares, en Hawaii. La cuida con guardias y con un muro de dos metros, lo que impide la vista a sus vecinos.
Sin embargo, y en lo que pareciera ser un contrasentido, destaca por su mediático desapego al dinero, toda vez que anunció que donaría el 99% de sus acciones de Facebook en pos de la "igualdad" y de dar un impulso al potencial humano.
Y mientras ayer explicaba que su creación no es una aspiradora de datos de usuarios, le consultamos por la controversia. Para eso, nos convertimos en su seguidor número 105.113.364 y le escribimos en "mensajes". Al cierre de esta edición, aún no había respuesta...