"Si vacías tu cartucho entero, te estás gastando 15 dólares", explicó un ladrón de 24 años conocido como "El Negrito".
Un temido criminal reclamó que comprar balas es muy caro debido a la crisis económica que afecta a Venezuela. No, no es una broma: incluso los delincuentes se están quejando de la falta de "oportunidades".
Se trata del temido pandillero "El Negrito", quien dice dormir con una pistola bajo la almohada y haber perdido la cuenta de la gente a la que ha matado.
En una entrevista que decidió conceder a The Associated Press con la cara cubierta por una capucha, el antisocial se quejó sobre cómo la crisis económica en Venezuela ha afectado sus ingresos.
"Disparar un arma de fuego se ha convertido en un lujo. Las balas son caras, un dólar cada una. Y ahora que circula menos efectivo en la calle, los robos ya no son tan rentables como antes", alegó, admitiendo que cada vez es más difícil llegar a fin de mes.
"Si disparas un cargador, estás gastando quince dólares (...) Si botas una pistola, o los policías te la quitan, estás botando $800", admitió, lamentándose por la dificultad que tiene para mantener a su hija y su esposa.
El Negrito lidera la pandilla de los Crazy Boys y se dedica al secuestro exprés, pero dice que ya no es tan rentable como antes. Explica que cuando secuestraban a alguien, determinaban el dinero de rescate dependiendo del auto que manejara la víctima.
Pero ahora los familiares ya no tienen ni el tiempo ni la cantidad suficiente de efectivo para poder completar los pagos en las 48 horas que ponían de límite.
Falta de oportunidades
Hace tiempo que el gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro dejó de publicar estadísticas de delincuencia. Pero los expertos señalan que los asesinatos y asaltos a mano armada han caído debido a la crisis.
Según el Observatorio Venezolano de Violencia, un grupo sin fines de lucro con sede en Caracas, los expertos estiman que los homicidios han caído hasta un 20% en los últimos tres años.
Y conforme el país avanza hacia la anarquía, muchos venezolanos que recurren al crimen se ven sujetos al mismo caos que ha derivado en un colapso social y político.
Robert Briceño, director del Observatorio Venezolano de Violencia, dijo que el declive de los homicidios es una cuestión de economía básica: ante la escasez de efectivo en Venezuela, hay menos que robar.
"De quienes producen la riqueza, ahora ninguno está bien: ni el ciudadano honesto ni tampoco hay oportunidades para el delincuente", comentó.