Un caso increíble saltó a la palestra estos últimos días en EE.UU., luego de que un hombre denunciara a sus padres por deshacerse de su "precioso" material.
David Werking, un hombre de 43 años, no podía dar crédito a lo que acababa de ocurrir: sus padres, en su cabeza, lo habían traicionado…
Se sentía golpeado. Al fin y al cabo, lo habían despojado de algo así como un ser querido. ¡Sus propios padres! A quienes recurrió un tiempo antes, en uno de los momentos más difíciles de su vida, luego de divorciarse.
El tema es que los padres de Werking, en efecto, tiraron a la basura algunas pertenencias de su hijo, y creyeron estar en lo correcto. Pero ahora vamos a lo importante:
Lo que David lloraba era ¡una abundante colección de películas porno y juguetes sexuales! Un loquillo…
Así tal cual: después de terminar su matrimonio, David se mudó a la casa de sus viejos y hasta allá llegó con el material precioso que estaba avaluado en más de 30 mil dólares.
Por eeeso es que luego de enterarse que sus padres decidieron deshacerse de todo, no halló nada mejor que, en represalia, demandarlos.
El juicio
En diciembre de 2020 se produjo el litigio entre el "niño" y sus padres. En ese período, según consignó USA Today, David nuevamente se cambió de hogar, a Muncie, Indiana. Alcanzó a vivir 10 meses con sus progenitores en Grand Haven.
Como sea, el juez federal Paul Maloney sorprendió y, a ocho meses de comenzado el particular juicio, dictó que los padres de Werking no tenían por qué meterse en lo que tenía entre manos su hijo, así que falló a favor de él.
Según se pudo corroborar en unos correos que se había enviado David con su padre, la colección de porno incluía 1.605 películas entre DVD y VHS. Los padres la botaron, luego de que les incomodara mantenerla en su propia casa y decidieran tampoco enviarla a Indiana.
"Francamente, David, te hice un gran favor al deshacerme de todas estas cosas", le dijo el padre de familia a su hijo en uno de los intercambios…
"No hay duda de que la propiedad que faltaba era propiedad de David. Los acusados admitieron repetidamente que destruyeron la propiedad", dictaminó por su parte el juez.
Así, Maloney ordenó a los padres de Werking a cancelarle una suma de 30 mil 441 dólares, además de los gastos legales de su hijo, que ascienden a 14 mil quinientos dólares...