¡Ese sí es notición! Gringolandia decidió volver chatarra la última de las bombas nucleares más brígidas de Yuései.
El artefacto es caleta de veces más potente que la bomba arrojada en Hiroshima.
Los últimos componentes de la bomba B53 serán desarmados este martes en la Planta Pantex cerca de Amarillo, Texas, la única instalación de ensamble y desmantelamiento de armas nucleares del país.
La B53 era chicoca para el manso poder destructivo que tenía. Era más pequeña que una minivan, pero filete para hacer pebre instalaciones subterráneas.
La pusieron en servicio en 1962, cuando estaba la embarrá con el cuento de la Guerra Fría y de acuerdo a los sabiondos de estos temas era 600 veces más potente que la bomba atómica arrojada en Hiroshima, Japón, al final de la Segunda Guerra Mundial.
Como los capi que la diseñaron ya están en el patio de los callados los ingenieros a cargo de la cuática misión de desarmar la bomba tuvieron que desarrollar herramientas complejas y nuevos procedimientos para garantizar la seguridad.
"Sabíamos desde el principio que esto sería un desafiante proyecto, y creamos un equipo excepcional con todos nuestros socios para desarrollar una manera de lograr este objetivo de manera segura y eficiente", dijo John Woolery, gerente general de la planta.
