Todo se habría tratado de un ataque psicótico. O al menos así lo habría asegurado Michael Sandford, un joven autista de 21 años que en junio del año pasado fue detenido por intentar asesinar a Donald Trump durante un mitín en Las Vegas.
Michael había conseguido acercarse a muy pocos metros del actual mandatario, pero cayó redondito cuando quiso arrebatarle el arma a uno de los polis que se encontraban custodiando el evento. Sus intenciones eran clarísimas.
Y es que solo el día anterior había practicado en un campo de tiro para medir su puntería.
"Oía voces diciéndome que matara a Donald Trump. Habían estado viniendo por un tiempo y cada vez más fuerte y frecuentemente. En un punto estaban gritándome. Mis amigos habían dicho que Trump necesitaba ser detenido. Dijeron que iba a destruir el país (...) Fueron las voces en mi cabeza las que me decían que lo matara", explicó al diario inglés The Sun,
El joven sufre de trastorno obsesivo-compulsivo y de síndrome de Asperger, condición que le habría hecho tener terribles alucinaciones.
"Veía animales tratando de atacarme, estaba viendo todo tipo de cosas. En el fondo sabía que algo estaba mal, pero traté de convencerme de que estaba bien", confesó.
Aliviado
Tras ser capturado, Michael juró de guata que lo iban a matar allí mismo. Pero para su fortuna, solo lo retuvieron y luego fue procesado por intento de homicidio, teniendo que cumplir una condena de un año en cana. El joven se mostró tremendamente agradecido de estar de de nuevo con su familia desde el jueves pasado.
"Estoy asqueado por lo que hice pero contento de que nadie resultó herido. Todavía me desagrada Trump, pero creo que las diferencias políticas deben ser resueltas pacíficamente", dijo.