Gisèle Pélicot, de 72 años, fue abusada durante una década. Todos los acusados recibieron condenas de hasta 15 años en un juicio histórico donde el mensaje más recordado de la mujer fue: “Que la vergüenza cambie de bando”.
Durante la jornada de este jueves 19 de diciembre, la justicia francesa impuso la pena máxima de 20 años de prisión a Dominique Pelicot, el hombre acusado de drogar durante una década a su entonces esposa Gisèle para violarla junto a decenas de desconocidos.
El juicio fue histórico, cubierto por medios de todo el mundo. “Señor Pelicot, respecto al conjunto de los hechos, lo declaramos culpable de violación con agravantes”, dijo Roger Arata, presidente del tribunal de Aviñón, en el sur de Francia.
El acusado de 72 años, recibió la declaración de culpabilidad de pie y sin expresar ninguna emoción, recordemos que el hombre nunca negó haber drogado entre 2011 y 2020 a Gisèle.
Dormía a su exesposa con ansiolíticos para violarla junto a diversos hombres con diferentes perfiles que contactó por internet.
La abogada del abusador, Béatrice Zavarro, esperaba que el tribunal tuviera en cuenta los “traumas” que su cliente sufrió durante su infancia, incluida una violación a los 9 años, y no descartó recurrir la decisión.
Que la vergüenza cambie de bando
La justicia también declaró culpables a los otros 51 procesados de entre 27 y 74 años, pese a que una treintena de ellos pidió la absolución diciendo que fueron “manipulados” por el “monstruo” Dominique Pelicot.
Se les impuso penas de entre 3 y 15 años de prisión. De los 32 acusados que comparecieron en libertad, algunos no irán directamente a prisión, pese a haber sido condenados.
“Gisèle Pélicot ha sentado en el banquillo al machismo y a la cultura de la violación. Su valiente decisión de hacer público el juicio ha hecho que la vergüenza cambie de bando”, comentó en la red social X la ministra española de Igualdad, Ana Redondo.
La mujer de 72 años, rechazó que el juicio se celebrara a puerta cerrada, pasó de ser una víctima anónima a icono feminista e instó a las mujeres a “dejar de callar” para que “la vergüenza cambie de bando”.
“Gracias Gisèle”, se puede leer en una pancarta en el centro histórico de Aviñón, frente al tribunal.