El Guille y la Cata, después de la ceremonia, almuerzos, saludos y besos, se fueron a hacer tutito. La idea era estar pilas para continuar con el carrete real en la cena que ofreció Carlitos de Gales y su napier, en el Palacio de Buckingham.
Kate se sacó el vestido de novia y se chantó un modelito con los hombros descubiertos, que a todas luces no es prenda de un mall british.
Esta pilchita, de satén blanco y con diamantes en la cintura, también fue diseñada por Sarah Burton para la casa de Alexander McQueen.
William tiró el uniforme y sacó un esmoquin, igualito al de su papi. Su madrastra, Camila, eligió un vestido largo azul.
Los tatitas del evento, la reina Isabel (85) y el príncipe Felipe (89), no participaron en este cocido y se fueron derechito a pasar la mona al castillo de Windsor.
Eso si en tuiter afirman que la señora piteó por la cena bailable en el palacio. Oficialmente nadie dijo ni pio al respecto.