El periodista "indeseable"

Jamal Khashoggi, quien incomodaba al reinado saudí con sus denuncias, encontró una espantosa muerte en el consulado de su país en Estambul, Turquía, donde pensaba radicarse con su novia.

Era noviembre de 2017. En Estados Unidos celebraban el Día de Acción de Gracias. Un amigo gringo invitó a Jamal Khashoggi a comer pavo, papas y camotes. Engulleron. Luego el saudí compartió con su millón 700 mil seguidores en Twitter una foto de sí mismo disfrutando del festín. Y cuando le preguntaron por qué estaba tan feliz, dijo: "Porque soy libre y puedo escribir con libertad".

El árabe alcanzó a disfrutar poco su vida sin amarras en Washington. Debía cumplir 60 años el 13 de octubre, pero el 2 entró en el consulado saudita en Estambul, Turquía, donde necesitaba recoger un documento para su boda, y no volvió a aparecer. La prensa turca aseguró que Khashoggi fue torturado y desmembrado. Y recién el viernes pasado el país al que llamaba "hogar" reconoció, en una burda explicación, que había muerto tras pelearse con uno sujetos.

Carrera

¿Quién era el periodista y por qué fue víctima de un cruel crimen? Jamal Ahmad Khashoggi nació en 1958 en la ciudad santa de Medina, al oeste de Arabia Saudita. Provenía de una familia prominente que no pertenecía a la realeza. Su abuelo fue un médico que trató al primer rey de Arabia Saudita. Su tío era Adnan Khashoggi, un famoso vendedor de armas, aunque Jamal no obtuvo beneficio alguno de esa fortuna.

En 1982 obtuvo un diploma de gestión en la Universidad Estatal de Indiana, Estados Unidos, y regresó a Arabia Saudita. Tuvo una intensa carrera que lo hizo pasar por el islam político, la prensa saudí y los mayores diarios internacionales, como el Washington Post.

En su trayectoria entrevistó a Osama Bin Laden en Afganistán y Sudán, pero se alejó del jefe de Al Qaeda cuando éste abogó por la violencia contra Occidente.

Después de una exitosa carrera como asesor y vocero no oficial de la familia real de Arabia Saudita, el príncipe heredero le prohibió escribir en el reino, incluso en Twitter. Su columna en un periódico propiedad de sauditas fue cancelada.

Se exilió en Estados Unidos en 2017, tras una ola de detenciones en el reino saudí. Desde entonces no cesó en denunciar los "excesos" del príncipe Mohamed bin Salmán, de 33 años, apodado MBS, a quien calificaba como un "impetuoso innovador" que "no ha alentado ni permitido el menor debate en Arabia Saudita".

En una tribuna en el Washington Post, escribió: "cuando hablo de miedo, de intimidación, de detenciones, de humillaciones públicas de intelectuales y dirigentes religiosos, y que digo que soy de Arabia Saudita, ¿estás ustedes sorprendidos?".

También criticó la implicación saudí en la guerra de Yemen y el embargo al vecino Qatar.

Desde su mudanza a Washington, representantes del príncipe heredero lo contactaron varias vees para que bajara el tono de sus publicaciones y para invitarlo a regresar a casa.

Pero el reportero estaba construyendo una nueva vida. Se iba a casar con la investigadora turca Hatice Cengizm, y la idea era radicarse en Estambul, donde encontró una espantosa muerte que conmociona a todo el mundo.

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