El planeta no para de moverse y ahora le tocó a Taiwán

Al parecer un buen rato le va a tomar a la Tierra chantar los sacudones, porque a las constantes réplicas que se han producido en Chile tras el megaterremoto del 27 de febrero, prácticamente cada día se suman nuevos movimientos telúricos en algún rincón del orbe.

El último de estos sismos se produjo ayer en la isla de Taiwán y alcanzó los 6,4 grados en la escala de Richter, dejando un saldo de varias viviendas y otras construcciones destruídas, incendios en diversas ciudades y más de 64 personas heridas.

Además, provocó la suspensión del servicio de trenes en el centro y sur de la isla, así como del metro de Kaohsiung, la segunda ciudad más importante tras Taipei, la capital del país. Pese al fuerte remezón, las autoridades del Centro Sismológico de Taiwán descartaron de inmediato la posibilidad de que se produjera un tsunami.

"Es el sismo más fuerte que ha sacudido esta región en más de un siglo", dijo el director del mencionado centro, Kuo Kai-wen.

Pero mucho más cerca de Chilito el planeta también continúa con sus movimientos, como pudieron atestiguar durante la madrugada de ayer los residentes de la ciudad che de Mendoza, que despertaron con los cacheturris apretados debido al sismo de 5,1 grados, cuyo epicentro estuvo a 420 kilómetros al sur de la ciudad.

"El evento está dentro de la línea de la cantidad de réplicas que se han producido en Chile en los últimos días", explicó el sismólogo che Miguel Castro. La cercanía de la ciudad che con la frontera con Chile la han convertido en la más movida durante los últimos días al otro lado de la cordillera, ya que desde el megaterremoto ha registrado varios temblores, aunque la mayoría de menor intensidad al registrado ayer.

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