El embarazo de Meghan Markle es cada vez más real

La nueva aparición de Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, emocionó a los seguidores de la monarquía inglesa y pone en tierra derecha la llegada al mundo de un bebé que desde su concepción está sujeto a "condiciones especiales".

Lejano a nuestra idiosincracia, la cultura monárquica sigue cosechando la fidelidad de los habitantes del Reino Unido, y en la escala de noticias positivas que puede entregar la familia real la venida de un posible heredero es una de las que más alegría genera.

Eso sucedió apenas se supo que Meghan Markle, casada el pasado 19 de mayo con el príncipe Harry, estaba embarazada y traería al mundo un sucesor o sucesora de la corona que hoy posee la reina Isabel II.

La estadounidense, de 37 años, confirmó la noticia en el que parece ser otro paso en el cuento de hadas que ha vivido desde 2016, cuando inició su romance con el hijo menor del príncipe Carlos y Diana de Gales, dejando atrás el divorcio de su primer matrimonio.

La que parecía una relación más con quien es el quinto postulante directo a la corona terminó tomando forma hasta llegar al matrimonio, tras una boda que revolucionó a Inglaterra. Ahora, la aparición de Meghan en un evento social y mostrándose por primera vez con una llamativa panza, fue tema de comentario en toda la isla.

En el marco de los Fashion Awards 2018, la duquesa de Sussex entregó el premio de Diseñadora del Año a Clare Waight Keller, mente creativa de Givenchy, una de las marcas preferidas por Meghan.

"Es muy agradable ver tantas caras familiares, muchos de ustedes me conocen desde hace ya un tiempo y hay otros a los que he conocido este último año. Gracias por la cálida bienvenida", indicó la ex actriz, quien había sido vista públicamente en el inicio de su embarazo, pero ahora va en tierra derecha para la recepción de un bebé que está lejos de crecer en condiciones comunes, pues hay varias tradiciones que se deberán respetar.

La primera y quizás más estricta habla de que solo Meghan, Harry y la reina Isabel podrán conocer el sexo de la guagua, dejando la sorpresa pública para el momento del parto. La incertidumbre por conocer la respuesta motiva a que, incluso, las casas de apuestas abran la posibilidad de quienes quieran jugar unas libras vaticinen aquello o bien el nombre que tendrá el recién nacido.

"Nos ha llegado una larga lista de nombres de todo el mundo. Vamos a sentarnos y echarles un vistazo", había dicho ella apenas empezaron las preguntas, pero fiel a lo que dicta la tradición, no dio mayores luces.

Esa condición, además de no poder hacer un baby shower, suspender todos los viajes que tenía programados para evitar riesgos en el embarazo y que éste se realice sí o sí en el palacio de Kensington, son parte de un camino que por más que no sea el tradicional, tiene radiantes a los futuros padres.

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