BARCELONA -. David Z.G., un barcelonés de 29 años de edad, en un presunto arranque de locura empujó a un hombre a las vías del tren en la estación de Navas del Metro de Barcelona, justo en el momento en que el convoy entraba a la estación a más de 35 kilómetros por hora.
Las personas que cacharon con horror el asesinato, rejuraron que el acusado fue quien cometió el delito. Durante la segunda sesión del juicio, los testigos chacharearon que no pudieron verle el caracho, pero lo identificaron gracias a la chaqueta negra con capucha y la mochila que llevaba.
NO ALCANZÓ A FRENAR
La conductora del tren de la muerte declaró sólo distinguir "unas manos" cuando el tipejo empujó a la víctima, que, según versiones, sería un vendedor sordomudo, y, debido a la velocidad, no pudo chantar el convoy. La víctima falleció en el acto debido a las fracturas craneales y costales que le provocaron una importante hemorragia, según explicaron los forenses.
Después de mandarse el numerito, David Z.G. apretó cacheturri de la estación y fue alcanzado minutos más tarde a unas pocas calles del lugar, donde lo retuvieron hasta que varios polis de Cataluña acudieron al llamado de la gente.
17 AÑOS PRECIOSO
Según la versión del imputado, entre la llegada del presunto asesino que le pasó la chaqueta y la salida a la calle de sus perseguidores pasaron entre uno y dos minutos, lo que no calza con las imágenes de las cámaras de seguridad. El juicio continuará mañana, con la declaración de los psiquiatras sobre la salud mental del acusado. Por el momento, la Fiscalía pide 17 años de carcel por el delito de asesinato con alevosía, con la agravante de disfraz y la atenuante de la posible alteración psíquica.