La policía griega interceptó y destruyó ayer un decimocuarto paquete bomba, dirigido esta vez a la embajada de Francia en Atenas, mientras sospecha que habrá más envíos en los próximos días.
Nadie se ha atribuido estos ataques que mantienen en estado de alerta máxima a las fuerzas de seguridad griegas, aunque se da por hecho que los responsables pertenecen al grupo anarquista y antisistema Conspiración de Núcleos de Fuego.
Los artificieros de la policía acordonaron los alrededores de la compañía privada de mensajería ACS en Markopoulo, una localidad en las afueras de Atenas, y detonaron de forma controlada un paquete bomba destinado a la legación francesa.
Se trata del mismo mecanismo compuesto por un libro o un dossier con una pila y un detonador eléctrico que llevaban los otros 13 paquetes que aparecieron lunes y martes en Atenas.
Las bombas coinciden con la alarma por los explosivos enviados la semana pasada, presuntamente por grupos islámicos afiliados a Al Qaeda, desde Yemen a Europa y Estados Unidos.