Ya es cuento viejo que las minurris iraníes están obligadas a usar el hiyab o velo islámico y si no lo visten les llega durazno.
Tradicionalmente ha sido la poli la que controla este tema en las calles.
Pero ahora la cuestión se fue al porcino, pues el gobierno entregó amplios poderes a la guardianes del orden para que, además de controlar los tocos, le pongan ojo a la pinta completa con la que se mueven los cuidadanos por la ciudad y así evitar que los iraníes vistan de forma inapropiada.
La medida ya está funcionando con todo en las principales ciudades del país persa, incluyendo a la capital, Teherán, publica este lunes la BBC.
Según las leyes islámicas vestir inapropiado es usar ropa apretada, mostrar parte del cabello (en el caso de las evas) y vestir camisetas con símbolos occidentales.
Desde la Revolución Islámica en 1979, el código de vestimenta está incorporado a la Constitución de ese país y, según versea, es universal a todos e independiente de la religión, sexo o nacionalidad.
