Niels Hoegel, de 41 años, aceptó que les provocaba crisis cardíacas intencionalmente a sus pacientes para poder resucitarlos.
El enfermero Niels Högel, acusado de asesinar a 100 pacientes en dos hospitales de Alemania, confesó ayer todos los crímenes en el inicio de su nuevo juicio en Oldemburgo, en el norte del país.
Al preguntarle en el Tribunal si son verdad todos los actos que se le imputan, el acusado contestó con un "sí". Sin embargo, en el sistema judicial alemán no existen declaraciones formales de culpabilidad o inocencia por los acusados.
La Fiscalía acusa al orate de 41 años de suministrar medicamentos a los pacientes en el hospital de Oldemburgo y en el de Delmenhorst, en Baja Sajonia, desde el 2000 hasta 2005, para desencadenar fallos cardíacos o un colapso circulatorio.
Las víctimas tenían edades entre 34 y 96 años. En 2015, el enfermero fue declarado culpable y condenado a cadena perpetuta por los delitos de doble asesinato, dos intentos de asesinato y dos casos de lesiones graves a pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos en el hospital de la ciudad de Delmenhorst, próxima a Bremen.
Högel fue descubierto en 2005 por una enfermera en Delmenhorst, cuando quiso darle un medicamento no prescrito a un paciente. En su primer juicio en 2015, el sujeto afirmó que le había causado crisis cardíacas intencionalmente a decenas de pacientes porque disfrutaba la sensación de poder resucitarlos.