El Presidente de Estados Unidos debe combatir al Covid-19 con un ojo puesto en las manifestaciones por las acciones de las policía gringa.
Mal la está pasando Estados Unidos y Donald Trump. En poco más de 72 horas la cifra de fallecidos superó las 100.000 personas a causa del coronavirus.
Números que ningún otro país en el planeta ha registrado por la mortal enfermedad hasta ahora, superior también al de otros episodios mortales que marcaron la política interior y exterior de gringolandia en la historia reciente.
A esto se suma los más de 40 millones de personas que han quedado cesantes por el cierre de comercios y grandes industrias.
"Este momento es único, dada la parada repentina de todo tipo de actividad económica. Esta vez sufrieron todos los sectores de la economía y en especial el de servicios, que es una gran parte de la economía estadounidense", señaló Jonathan Levy, experto de la Universidad de Chicago.
Y como si esto fuera poco, el gobierno de Donald Trump, está lidiando con las violentas protestas en las calles, a raíz de la muerte el pasado lunes, del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de la policía, en Minneapolis.
De hecho, las manifestaciones se han propagado por varias ciudades del país, incluso en las mismas puertas de la Casa Blanca, ubicada en Washington.
Pero lejos de apaciguar los ánimos y buscar el diálogo para solucionar este conflicto social, el presidente Donald Trump arrojó más leña al fuego con palabras que caldearon más los ánimos de los manifestantes y de los ciudadanos del mundo entero.
"Cuando comiencen los saqueos, comienzan los disparos. Tenemos al ejército preparado y dispuesto. Si las autoridades quieren llamar al ejército podemos tener a nuestras tropas sobre el terreno muy rápido", declaró Donald Trump.
Una alegría para Donald Trump
Uno de los acontecimientos positivos que aliviaron el mal momento del país del norte, fue el histórico lanzamiento de la cápsula Crew Dragon, de la misión tripulada conjunta de la NASA y la empresa de Elon Musk SpaceX, que viaja hacia la Estación Espacial Internacional.
"Luego se volverá a la luna y en 10 años más irán a marte", presagia el astrónomo José Maza, quien miró como cabro chico con juguete nuevo el regreso de los gringos al espacio.