Macabra exhibición: cadáver momificado de un caníbal y asesino de niños genera controversia

Se ha iniciado una campaña para dignificar la imagen del asesino, argumentando que mantener su cuerpo en exhibición es una violación a los derechos humanos.

Uey Sae-Ung fue el caníbal y asesino de niños más famoso de Tailandia. "No salgas de noche o vendrá Si Uey y te comerá el hígado", advierten los padres para mantener a raya a sus hijos desde hace décadas.

Lo más espeluznante es que el sujeto fue conservado como una momia en un museo de Bangkok y su cuerpo se exhibe a los visitantes, encerrado en una vitrina del museo forense del hospital Siriraj bajo un cartel que lo describe como "hombre que come a personas".

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Ennegrecido y retorcido por el tratamiento de preservación, aun muestra en el pecho las cavidades de las balas del pelotón de ejecución que acabaron con su vida por orden judicial el 17 septiembre de 1959, año y medio después de que le detuvieran.

Sin embargo, el impulsor de la campaña que pide retirar el cuerpo del museo y darle sepultura, Pharaoh Chakkraphattranan, argumenta que se trata de una "violación" a su dignidad y debería ser retirado del museo.

"No importa lo que hizo. Exhibir su cuerpo de esta manera es una violación de sus derechos humanos", señaló a los medios. También dijo que nunca le pareció el monstruo que decían que era.

"Fui a ver a Si Uey en el museo y no lo vi como un caníbal sino como una víctima en sus derechos y su dignidad. Aunque fuera el asesino, creo que la pena de muerte ya es suficiente castigo", expresó.

La escalofriante historia

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Si Uey Sae-Ung era un solitario inmigrante chino que se ganaba la vida como jardinero a domicilio pero que acabó pasando a la posteridad como una auténtica monstruosidad, acusado de secuestrar y asesinar a seis niños para comerse sus órganos.

Su reputación, alimentada por una cobertura sensacionalista de la prensa de la época, se fraguó tras su detención en Rayong, en el este del país, después de que Nawa Boonyakan le encontrara delante de una hoguera con escombros de la que sobresalía la pierna de su hijo Somboon, al que hacía horas que esperaba en casa.

Si Uey admitió haber matado a Somboon para comerse sus vísceras y hacer lo mismo con cinco menores más en otras provincias del país. Tras su ejecución, el hospital se quedó con el cuerpo para estudiar si su cerebro revelaba anormalidades que justificaran su aberrante comportamiento.

En los últimos años, el veredicto ha sido cuestionado en reportajes que revelan incongruencias entre los hechos y en la confesión de Si Uey, quien apenas hablaba tailandés.

Las irregularidades de la investigación policial y del proceso judicial, llevaron al activista a iniciar una campaña en change.org en la que, además de pedir al hospital que deje de exhibir el cuerpo.

Las redes sociales auparon la campaña que tras recabar varias decenas de miles de firmas llevaron al hospital a tomar medidas: eliminar el nombre y la descripción como "caníbal" de la etiqueta que ahora le identifica solo como "preso del corredor de la muerte".

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