Está bien que la crisis haya golpeado duro a todas las economías del planeta, pero lo que pasó con las Farc en Colombia ya da como para una rutina del Coco Legrand.
Tal parece que los recursos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia no dan para conseguir un coche bomba, por lo que no hay más remedio que recurrir a otras formas más baratelis a la hora de planificar un atentado.
Ayer, al menos, quedó eso en evidencia cuando guaripolas del Ejército vocearon que soldados de la Brigada 18 tuvieron que desactivar una bicicleta bomba, que había sido instalada en el centro del municipio de Aravena, en el estado de Arauca, fronterizo con Venezuela.
Los uniformados se llevaron la cleta a un lugar despoblado, donde la hicieron estallar en forma controlada.