CIUDAD DE MÉXICO.- Una mujer mexicana con los tornillos a medio apretar estuvo a punto de ir a la cárcel, luego de inventar una historia que resultó ser más falsa que amigo de Facebook. Claro, pues de un rato para otro, la eva fingió estar embarazada de unos gemelos quienes supuestamente nacieron muertos, y para más remate, que habían sido incinerados.

La Procuraduría (Fiscalía) de Ciudad de México se abstuvo de dictar cargos penales contra Fabiola Yáñez Martínez, de 25 años calendarios, luego de un estudio psicológico y varios interrogatorios en los que se determinó que a la mujer le faltaban palos pa'l puente y que "no está bien de sus facultades mentales".

Según se supo, Fabiola se hizo en febrero una prueba casera de embarazo que dio positivo, noticia que ilusionó a su esposo y al resto de su familia. No obstante, pasados cuatro meses de supuesta gestación tuvo una hemorragia, por lo que acudió al médico, quien le dijo que se trataba de un embarazo psicológico.

Según las declaraciones de la joven ante las autoridades, tuvo miedo en contar la firme, pues ya estaba todo tiqui taca para la llegada de su retoño, incluyendo una fiesta de "baby shower" que no quiso suspender.

En esa onda, la locateli reconoció que para hacer más creíble su embarazo, elaboró un expediente médico y recetas apócrifas con logotipos falsos de un hospital del Gobierno de Ciudad de México en donde decían incluso que esperaba gemelos.

Además, contó que la semana pasada fingió estar en labor de parto, por lo que su esposo la llevó por la mañana a un hospital donde le dijeron que aún no estaba lista, por lo que la regresaron.  Sin embargo, debido a fuertes dolores que dijo sentir, regresó por la tarde al mismo nosocomio, donde su esposo sólo la dejó en la entrada, lo que aprovechó para salir por la puerta trasera.

Según sus declaraciones, horas después regresó al hospital portando una caja de madera con cenizas, supuestamente de sus gemelos, para mostrársela a sus familiares con el argumento de que los médicos le dijeron que los bebés habían nacido muertos, por lo que de inmediato se decidió incinerarlos.

Ante ello, su hermana la llevó ante las autoridades para formular un denuncia por negligencia médica.

Sin embargo, la investigación reveló que la denuncia no correspondía a los hechos, por lo que se decidió interrogarla y tras varias inconsistencias y contradicciones, se decidió realizarle además un examen psicológico, con lo que quedaron al descubierto sus problemas mentales.