Al menos 77 personas murieron y 143 resultaron heridas por el descarrilamiento de un tren de pasajeros cerca de Santiago de Compostela (España) que, según la prensa ibérica, se habría producido por un exceso de velocidad.
Según indicó una portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, los forenses hallaron 73 cuerpos sin vida en el lugar del incidente y otras cuatro personas fallecieron en el hospital, aunque precisó que "la cifra era provisional".
El número de víctimas puede aumentar ya que aun queda uno de los vagones por inspeccionar, explicó esta fuente, que cifró en 143 el número de heridos en el accidente, uno de los peores en la historia de España.
El siniestro tuvo lugar en una curva cerrada cerca de la estación de Santiago de Compostela y las imágenes del siniestro muestran varios vagones volcados sobre un lateral, apoyados contra un talud, mientras una de las locomotoras del convoy tenía su techo incendiado.
"Estaba en casa y oí un sonido como un trueno muy grande y vi mucho humo negro. Era un desastre. La gente gritaba", explicó María Teresa Ramos de 62 años, que vive a pocos metros de donde se produjo el descarrilamiento.
"Es una cosa que nunca se había visto aquí", lamentó sentada en el jardín de su casa, contemplando como unas enormes grúas blancas se preparan para retirar los vagones destrozados.
Un hombre de 39 años, Francisco Otero, contó que llegó al lugar del accidente "al cabo de un minuto". "Estaba viendo la televisión en casa de mis padres y se escuchó como un gran estruendo. Como si hubiera habido un terremoto".
"Aquello parecía irreal", resume en su testimonio: "Los vecinos intentaron sacar a la gente atrapada, con picos, mazas y al final los sacaron con una sierra manual".
La prensa española apuntó al exceso de velocidad como una de las causas principales del siniestro, que se produjo a solo 4 km de la estación de Santiago de Compostela.