Dos hombres armados con cuchillos irrumpieron esta mañana en una iglesia de Saint-Etienne-du Rouvray, cercana a Rouen, en el noroeste de Francia, donde degollaron al párroco e hirieron de gravedad a una mujer, tras haberlos tomado como rehenes junto a otras tres personas, dos de ellas monjas.
La alarma fue dada por otra religiosa que logró escapar en el momento del ataque, cuando según los testimonios los hombres ingresaron al templo al grito de "Allah Akbar" ("Alá es grande") y "Daesh", el acrónimo en árabe para identificar al Estado Islámico.
La toma de rehenes fue abortada por la policía francesa que abatió a ambos atacantes, informaron los medios locales.
En un primer momento la prensa habló de "desequilibrados", pero al pasar las horas y con las evidencias todo indica que se trataría de un nuevo ataque ligado el terrorismo islámico.
Según la versión oficial, las fuerzas especiales ingresaron a la iglesia "neutralizando" a los dos hombres, una versión no confirmada habla de un agente herido en la operación, y los investigadores se encuentran ahora abocados a esclarecer el ataque, refirió la cadena I-Télé.
Francia se halla todavía en un prorrogado estado de emergencia, tras la masacre de Niza a mediados de este mes, que se extenderá al menos hasta enero de 2017.
El obispo de Rouen, monseñor Dominique Lebrun, confirmó la muerte del párroco: "Las víctimas son el padre Jacques Hamel, de 84 años de edad, y los autores del asesinato", dice el comunicado.
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, en un mensaje en Twitter expresó "el horror frente al bárbaro ataque en la iglesia de Seine-Maritime. Francia entera y todos los católicos fueron golpeados. Responderemos unidos".
El presidente francés, Francois Hollande, estaba en viaje hacia el lugar del ataque, acompañado por el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
