Pavel Durov, el multimillonario ruso, tuvo que pagar una fianza de 5 millones de euros y se mantendrá libre, pero bajo vigilancia tras una demanda que busca responsabilizarlo por delitos cometidos dentro de la aplicación de mensajería.
En una decisión sin precedentes, un juez francés ha decidido poner a Pavel Durov, el CEO y creador de la aplicación de mensajería Telegram bajo una investigación formal, para dilucidar su responsabilidad frente a una serie de delitos cometidos por diversos usuarios gracias a este servicio, incluyendo transacciones ilegales, intercambio de pornografía infantil y tráfico de drogas.
El multimillonario de origen ruso fue arrestado el fin de semana pasado tras llegar en un vuelo privado en el aeropuerto de Le Bourget, al norte de Paris, tras lo cual comenzó a ser interrogado por su complicidad al facilitar la realización de estos crímenes. Es la primera vez que se investiga y responsabiliza de esta manera al dueño de un servicio digital por crímenes que sus usuarios han cometido en él, pero principalmente se debe a la negativa de Telegram de entregar datos a la justicia sobre sus usuarios, las conversaciones y documentos que allí se intercambian.
Esto, debido a que la principal característica de Telegram es precisamente la encriptación y privacidad de sus mensajes, algo que incluso significó para Durov tener que escapar de Rusia, cuando en el año 2014 se negó a entregarle al gobierno de aquel país información sobre usuarios y conversaciones entre ucranianos en la aplicación.
Fue de hecho Francia quien le otorgó la ciudadanía en ese momento con lo cual pudo escapar de su país para no volver. Años más tarde se radicaría en Dubai, donde también obtendría la nacionalidad de aquel país.
La investigación formal que se le está realizando no indica que sea culpable ni que tampoco esté siendo juzgado, pero indica que la fiscalía posee que el caso tiene los suficientes méritos como para realizar una investigación oficial.
Durante este tiempo, Durov tendrá que ir dos veces a la semana a la estación de policía, no podrá salir de Francia y además tuvo que desembolsar una fianza de 5 millones de euros. La comunidad internacional en tanto ya habla de razones políticas por este trato que si bien, no es un arresto y hasta el momento tampoco conlleva una formalización, muestra la frustración de Francia con una aplicación que incluso se sindica como el lugar donde se coordinaron los atentados del 2015.